ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

Solemos decirles a los adolescentes que sus problemas no son nada en comparación con los nuestros, o que se ahogan en un vaso de agua o que si ahora se preocupan por esas tonterías qué harán cuando sean adultos. Pues bien, hacer un poco de memoria ¿Cómo vivíais los conflictos cuando en la adolescencia? ¿No solíais decir siempre que vuestros padres no os entendían? Quizás tendemos a banalizar sus problemas y minimizarlos, pero el hecho es que, como todo el mundo, los adolescentes también tienen altibajos y un apoyo inadecuado podría llegarles a ocasionar, en el peor de los casos, un trastorno de ansiedad generalizada o de depresión mayor. 


DEPRESIÓN


Aunque estar decaído y triste es normal en ciertos momentos de la vida, cuando estos sentimientos se vuelven habituales y comienzan a afectar los diferentes ámbitos de la visa de quien los padece, se podría tratar de un trastorno de depresión.
Pensad de los adolescentes atraviesan una época compleja, con mucha presión social, expectativas académicas y cambios corporales, que les pueden ocasionar momentos de estrés y pérdida de autoestima.
Los síntomas más característicos en las etapas adolescentes son:

CAMBIOS EMOCIONALES:

-Sentimiento de tristeza constante, puede que se pongan a llorar sin motivo aparente.
-Cambio de conducta generalizada.
-Frustración o sentimientos de ira.
-Sentimientos de desesperanza o vacío
-Estado de ánimo irritable o molesto
-Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas
-Pérdida de interés en familiares y amigos o estar en conflicto con ellos
-Autoestima baja
-Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa
-Fijación en fallas pasadas o autoinculpación o autocrítica excesiva
-Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación
-Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
-Sensación continua de que la vida y el futuro son sombríos y desalentadores
-Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO:

-Cansancio y pérdida de energía.
-Insomnio o dormir demasiado.
-Cambios en el apetito: falta de apetito y pérdida de peso, o más antojos por ciertos alimentos y aumento de peso.
-Consumo de sustancias ilícitas o bebidas alcohólicas.
-Agitación o desasosiego: por ejemplo, paso intranquilo, frotarse las manos o la imposibilidad de quedarse quieto.
-Lentitud al razonar, hablar o realizar movimientos corporales.
-Quejas frecuentes de dolores de cuerpo o cabeza que no tienen explicación y que pueden incluir visitas frecuentes al personal de enfermería escolar.
-Aislamiento social.
-Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes de la escuela.
-Menor atención a la higiene o al aspecto personales.
-Arrebatos de ira, comportamiento problemático o arriesgado, u otros comportamientos para llamar la atención.
-Autolesiones: por ejemplo, cortarse o quemarse.
-Armar un plan suicida o un intento de suicidio.

(Fuente: MayoClinic)

Hemos de tener en cuenta que en los individuos con un trastorno depresivo más grave o intenso, pueden aparecer las conductas autolesivas o suicidas. Por ello, aunque no debemos alarmarnos ante cualquier altibajo de nuestros alumnos, porque están en su derecho de estar tristes o enfadados de vez en cuando, tampoco debemos de banalizarlos cuando estas conductas son habituales y comienzan a alterar sus estudios.


ANSIEDAD


Todos podemos echar la vista atrás y situarnos de nuevo en la adolescencia ¿Tuvisteis problemas de ansiedad en algún momento? ¿Conocíais a amigos o amigas que los tenían? Es posible que la respuesta al menos a una de las dos preguntas, sea SI. Y es que la influencia genética, la química cambiante del cerebro adolescente, la formación de la personalidad propia de la etapa y los sucesos de la vida, ya forman un amalgama suficientemente complejo, solo falta la chispa para que prenda y… ¡PUM!
 Acontece lo que se llama comúnmente ataque de ansiedad: palpitaciones, mareos por los nervios, dolor de barriga acusado, temblores, sudores fríos,… 

Ya en el año 2012 el Instituto Nacional de Salud avisó del aumento considerable (más de un 20% en relación con estudios transversales anteriores) de los trastornos de ansiedad entre niños/as y adolescentes.

Después vino el COVID.

Ahora los trastornos del estado de ánimo han aumentado peligrosamente, especialmente entre los adolescentes. Las conductas autolesivas, los trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia), las depresiones y la ansiedad, son algunas de las secuelas que el miedo generalizado y el aislamiento social han dejado en toda una generación que ahora intenta vivir la adolescencia con una serie de experiencias que les han marcado notoriamente.

Aún es pronto para hablar de cifras y de motivos específicos, pero en los estudios realizados antes de la pandemia había tres aspectos clave que afectaban la vida de los adolescentes y contribuían a formar ese explosivo coctel que, junto con los factores propios de la etapa evolutiva que hemos mencionado antes, les llevaba hasta la ansiedad:

Altas expectativas y presión por alcanzar el éxito. Algunos/as alumnos/as sientes la presión de tener que sacar buenas notas, ya sea autoinflingida y procedente de su familia. 

Un mundo que parece atemorizante y amenazador. Tendemos a tratarlos como adultos, pero no lo son. Vienen de una etapa en la que se les protegía, como niños y niñas que eran, de los peligros del mundo, pero en poco tiempo sienten que han dejado atrás una etapa (lo quieran o no) y ahora han de buscar su lugar en la sociedad, en ese mundo que se les advertía que era peligroso, que estaba en crisis, enfermo, empobrecido y contaminado. Los adultos nos defendemos porque tenemos más experiencia, pero ellos no la tiene y lo saben ¿Quién no tendría miedo?

Las redes sociales. Dejando a un lado las adicciones a los móviles, a las pantallas o a Internet, las redes sociales representan todo ese amplio mundo social, lleno de amigos y amigas, y de “público imaginario” (referencia al vídeo 2 de la unidad didáctica 2) que los juzga allá donde van. Es lógico que quieran subir fotos en las que se vean perfectos, vídeos que tengan muchos “likes” y tener una lista de amigos infinita, no es más que la ampliación del círculo social propia de la adolescencia, utilizando las redes sociales como potenciador. Si tú, como profesor, quieres que se te escuche en clase hablas más alto, incluso puedes llegar a utilizar un micrófono si la clase es muy grande. Si estás en el exterior pondrás un equipo de sonido o un megáfono, ¿verdad? Los adolescentes también utilizan las herramientas que están a su alcance para ampliar su red social.

Estos tres factores parecen ser los causantes del aumento progresivo de los trastornos de ansiedad en niños/as y adolescentes, antes de la pandemia. Ahora pasamos a la parte más práctica ¿Qué síntomas tiene un/a adolescente con trastorno de ansiedad?

SINTOMAS

Tal y como ocurría en la depresión, todo el mundo tenemos épocas en las que estamos más nerviosos o más irritables, pero son solo estados de ánimo temporales. Si se alargan en el tiempo y condicionan diferentes ámbitos de la vida, en el caso que nos ocupa el ámbito académico, estaría hablando de señales de alarga indicativas de un posible trastorno de ansiedad.

Los síntomas más característicos son:

Ansiedad y preocupación excesivas que se prolonga más de 6 meses.
Al alumno/a le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
Inquietud o impaciencia
Fatigabilidad fácil
Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
Irritabilidad
Tensión muscular
Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador).
El malestar de los síntomas provocan deterioro en el ámbito académico y social.

Debemos de tener en cuenta los acontecimiento s vitales del/a alumno, es decir, si tiene que entrar en la universidad y necesita una nota específica, lo normal es que atraviese una época de nervios durante los últimos exámenes. Si ha tenido una ruptura sentimental, los sentimientos de tristeza pueden alternarse con rabia o enfado durante un breve periodo de tiempo.

NO OBSTANTE Y PARA FINALIZAR, debo decir que todos estos síntomas pueden ser provocados también por un consumo prolongado de cannabis u otras sustancias adictivas, por lo que siempre es recomendable acudir al SOP ante cualquier duda o consulta de asesoramiento.

Os invito a leer este artículo de El País en el que se ofrece información interesante: 






Bibliografía:

Centro de Control y la Prevención de Enfermedades [CDC] (2022) Ansiedad y depresión. Web CDC. Recuperado de: https://www.cdc.gov/childrensmentalhealth/spanish/anxiety.html

García, C. (2019) La depresión y la ansiedad en la adolescencia, una realidad en ascenso. El País: Mamás & Papás. Recuperado de: https://elpais.com/elpais/2019/03/19/mamas_papas/1552993248_081196.html

McCarthy, C. (2019) La ansiedad en los adolescentes va en aumento: ¿qué está pasando? Healthy Children. Recuperado de: https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/emotional-problems/Paginas/Anxiety-Disorders.aspx

Personal Mayo Clinic (s/f) Depresión en adolescentes. Mayo Clinic. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/teen-depression/symptoms-causes/syc-20350985






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